Sara Galindo
Artista plástica
- ¿Dentro de qué género podemos identificar tu obra? Me gusta ser muy libre a la hora de pintar. En cuanto a géneros me inclino por el retrato, la figura humana y los paisajes, tanto los reales como los imaginarios. En ese sentido, me puedo ubicar unas veces en un estilo realista y otras en un estilo expresionista o hasta abstracto. Aunque en realidad, en el arte que se está produciendo en este momento, creo que no existen estilos como los conocemos, pues ahora se cuenta con muchos instrumentos, tanto materiales como tecnológicos, que antes no se tenían.
- ¿Por qué eres artista? Hay personas que son hábiles en las matemáticas, otras en la cocina, otras en los deportes, otras en la política. Yo me reconozco habilidades en el arte, me gusta crear y me gusta mucho apreciar el arte. Además creo que de alguna forma tiene uno que acreditar su estancia en la Tierra y qué mejor manera de hacerlo que expresarse en la forma en que uno es más auténtico.
- ¿Cuál es el momento en el que te reconoces como un artista? Bueno, la palabra artista es un poco chocante para mi, pues me suena absolutamente pretenciosa. No lo sé. Lo que sí reconozco es que siempre me ha gustado ver las cosas con otros ojos, y he tratado de abrir mi mente a las distintas posibilidades. Por ello, me he rodeado de personas singulares y muy creativas.
- ¿Cuál es el elemento focal de tu obra? Sin duda es el sentimiento, así se trate de un paisaje, de un retrato o de una imagen abstracta, mi principal intención es expresar de una manera muy concentrada un profundo sentimiento. En ese sentido la forma es un pretexto, muy importante también, para llegar al fondo, a conmover al espectador.
- ¿Crees que tu obra es más de lo mismo o en qué radica esa diferencia? Creo que en la vida en general, y en el arte en particular, todo es más de lo mismo. Los temas, los intereses, las hechuras, las decisiones, las inquietudes, todos giramos en el mismo círculo concéntrico. Pero claro, existen diferencias, y creo que radican precisamente en la honestidad y en la autenticidad con que uno crea su propio imaginario. Y también están la técnica y la sensibilidad, que no son aspectos menores.
- ¿Tu obra es reflexiva o intuitiva? No podemos ser cuadrados cuando hablamos de arte. La creación exige todos los sentidos, sí, los cinco, los seis o los siete; pero sobre todo mente y corazón, creo que no se puede dar la una sin el otro.
- ¿En qué se basa tu proceso creativo y qué nos aporta la narrativa de tu obra? Pienso que gran parte de mi trabajo se realiza en mi cerebro, tengo una idea, una imagen que debe ir madurando y encontrando sus detalles, su espacio y su color, y después viene la factura que también va marcando un ritmo y una filigrana específica. Por otro lado, me son muy caros ciertos temas: los árboles, los retratos, los sueños. A través de ellos quiero proyectar un mundo rico en sensaciones, un mundo con el que el espectador se identifique y se sienta en casa.
- ¿El arte te da vida o vives para el arte? Vivo por el arte. Porque estoy convencida de que el arte es en mucho lo que le da sentido a la vida. El lograr crear una imagen, plasmar un pensamiento, que pueda conmover a una persona, que pueda sembrar en alguien un sentimiento, es ya en sí mismo un gran triunfo.
- Hablando de arte, ¿el individuo por encima del colectivo? No es uno por encima del otro, es un juego. La individualidad nunca se pierde, pero se entreteje y se impulsa en la colectividad.
- ¿En el arte las reglas se siguen o se rompen? Inevitablemente hay que seguir las reglas, hay que conocerlas para después romperlas. Cuando tienes bien claro un concepto, lo conoces, lo trabajas, lo experimentas y lo trasciendes. Lo malo es que en el arte actual, ese trascender o romper las reglas muchas veces se convierte en facilismo. Se puede entonces caer en un limbo extraño en el que el arte se mezcla con mercantilismo, esnobismo, excentricismo. Un “arte” que muchas veces no tiene nada que ver con la creación efectiva.
- ¿En qué radica el éxito de un artista? Es la pregunta del siglo, muchas veces el éxito lo tiene quien menos te imaginas, sea capaz o no. Es muy subjetivo, se podría decir que es exitoso el que vende más, el que expone más su obra y, en esta era digital, el que consigue más likes. No lo sé, para mí lograr la comunión con alguien es un éxito en sí mismo. Pero supongo que el tiempo tiene la respuesta.
- ¿Cuál es tu visión del arte en el México de hoy? El mexicano siempre ha gozado de una gran creatividad, e incluso de originalidad. Pero desgraciadamente el México de hoy está sufriendo una tremenda descomposición en todos los sentidos, es un México sin pies ni cabeza, sobre todo sin cabeza. Los que son no están y los que están no son ni de lejos los que deberían estar. Específicamente el arte (cualquier forma artística) en los últimos años ha sido despreciado. Las instituciones que se dedican a “fomentar “ cualquier expresión artística en México hacen todo menos apoyar verdaderamente a los creadores. De ahí la importancia del trabajo que hacen los propios artistas y los amantes genuinos del arte por impulsar, contra viento y marea, la creación efectiva.
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